Hace un rato he pasado frente a tu casa
Con el cruel antifaz tras el que me hallo
Oculto para estar desaparecido
O parecerlo
No sea que alguien me vea verte
O aún peor me veas Tú
Peor que peor no quieras verme
Insoportable yo te vea
Mortal me vea intentando verte
Sin querer Tú que te vea
Tenías encendida la luz del salón
Cálida desolladura de mi miocardio
Sufriente golpeado y tullido
Por la evocación
Te imaginé tumbada en el sofá
Desnuda leyendo
Dejando el libro y cogiendo mis besos
Cerrando los ojos cinco minutos
A mis labios
Una eternidad mirando hecha un instante
Mezclado el gozo con la rabia y con la pena
Una ola de sorpresas a mis ojos
Y en la cresta salada un pronombre
Encerrado en una tumba con doce cuerdas
Que ya no tocamos
Apresurando el paso al huir del recuerdo
Me dí de bruces contigo
Qué hacía la luz de tu salón encendida
Es la primera vez que hago el amor en mitad de la calle
Nunca había hecho el amor por última vez.
8 comentarios:
Escribes de una manera muy sensual, es como que tus palabras se introducen en la piel. Sabroso y dulce poema.
Y a ver si tengo la suerte esta vez de que leas estas palabras, carajo.
Gracias Ángela, me encanta que te guste y sí, esta vez no ha habido fantasmas bloggeros y te leo.
Un beso
Genial este extraño poema, de estar y no estar, de tocar y no tocar, de ausencias y encuentros, muy bueno, si señor ;D
Ah, y besos, muchos besos
Pegó tan fuerte el amor, que de la tristeza hiciste el más bello poema.
Besos
Gracias Irene, por estar siempre ahí. Tu cable de la risa me saco de un momento muy difícil. Besazos doctora.
Respirando, me alegro que te guste y por si vuelves aquí, te diré que me están encantando tus últimas entradas llenas de pasión, pero no te puedo comentar, supongo que no quieres...Un beso y gracias.
Por última vez...
Duele hasta al leerlo.
Saludos.
Duele leerlo !de lo malo que es!
Jajajaja, Anónimo gracias por la crítica, pero ya puesto, ¿podrías decir porqué o dejar un enlace a algún escrito tuyo para leerlo y aprender?
Gracias, un abrazo
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